Y es que tras el Salón del Cómic de Barcelona, del que disfruté tanto como autor, como aficionado, tardé unas semanas en recuperar la emoción de conocer Frank Miller, tener un stand en la Isla de Autores, y trabajar comissions codo con codo, con autores de la altura de Nacho Arranz, Daniel Suárez Pérez, Blas Gallego o Mike Ratera, fué una experiencia formidable. Uno de los mejores Salones que recuerdo en Barcelona.
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